Un duro, seco, hostil y desapacible invierno, muestra su cara más continental dejando su impronta hasta bien entrado Abril, produciendo enormes heladas en centro Europa y sucesivos episodios de granizo en zonas colindantes.
La tardía brotación y las bajas temperaturas propician un avance lento de la vegetación, que con la llegada de las lluvias y el buen tiempo en Mayo, consiguen acelerar el proceso vegetativo para alcanzar la floración 12 días después del año anterior.
Una precipitación mensual uniforme, unido a unas temperaturas máximas 3 grados inferiores de media al año anterior, acompañaron una maduración lenta y precisa hasta el momento de la vendimia, la cual llevamos a cabo el 6 de Octubre, misma fecha que el año 2020.
La cada vez más complicada climatología, nos condujo, sin embargo, a nuestra mejor añada de TABUCA hasta el momento y nos presenta un vino de capa ligera, sutil y preciso en la nariz, con abundantes notas cítricas de piel de mandarina, Azahar y jugo de granada, con finas esencias que nos transportan a bosques mediterráneos de altura, con aromas a romero, jara y lavanda. En boca es fresco, redondo, equilibrado y vivaz y es el claro reflejo de un pueblo con una personalidad única.
Bodega Gil Pejenaute